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En un escenario político cada vez más tenso, los expertos en comportamiento canino ven un paralelismo entre la actual legislatura y la actitud de un perro acorralado. Al igual que un can que se siente amenazado, la legislatura actual muestra signos de inestabilidad y resistencia, lo que podría llevar a un final abrupto y conflictivo.
Una legislatura a cara de perro
Los analistas políticos sugieren que esta legislatura podría ser anormalmente corta debido a la cantidad de conflictos que podrían surgir con el paso del tiempo. Sin embargo, a ninguno de los partidos de la investidura le conviene disolver las cámaras e ir de nuevo a elecciones, ya que sería muy complicado que Sánchez pudiera mantenerse en el Gobierno.
La oposición, al acecho
La oposición se ha quedado a sólo un puñado de escaños de la mayoría absoluta en el Congreso y tiene más poder local y regional que nunca. Este escenario, similar al de un perro que se siente amenazado por otro más fuerte, podría desencadenar una serie de reacciones defensivas y agresivas.
Resistencias internas y externas
La voluntad de los socios del Gobierno es hacer que el sistema salte por los aires, algo que ocasionará infinidad de resistencias internas y externas. Al igual que un perro que se siente acorralado, la legislatura podría reaccionar de manera impredecible y potencialmente destructiva.