Valeria Vera 
En un movimiento que marca un antes y un después en la lucha contra la crueldad animal, la ciudad de Lexington, Kentucky, se encuentra en el umbral de una decisión histórica. Un comité del consejo de la ciudad ha votado recientemente a favor de avanzar con una ordenanza que prohibiría la venta de perros y gatos en tiendas de mascotas. Este paso adelante sigue los esfuerzos de ciudades vecinas como Louisville, que ya ha implementado una medida similar, y refleja un creciente movimiento en contra de las prácticas de los criaderos de animales que operan con estándares éticos cuestionables.
Lexington se une a la lucha contra los criaderos de animales
La propuesta de ordenanza, que ahora espera la aprobación del consejo municipal completo, busca erradicar la venta de cachorros y gatitos en establecimientos comerciales, una práctica que ha sido ampliamente criticada por fomentar la existencia de los llamados «criaderos de cachorros». Estos lugares son conocidos por sus condiciones deplorables y por priorizar la ganancia sobre el bienestar de los animales.
Una medida esperada por activistas y ciudadanos
La noticia ha sido recibida con entusiasmo por parte de activistas de derechos animales y residentes de Lexington, quienes ven en esta medida un paso crucial hacia la promoción de una ética de cuidado y respeto hacia los animales. La ordenanza no solo busca cerrar el mercado local a los criaderos de cachorros sino también fomentar la adopción de mascotas en refugios, donde muchos perros y gatos esperan una segunda oportunidad.
El testimonio de una ex empleada de Petland
La discusión en torno a esta ordenanza ha sacado a la luz testimonios impactantes, como el de una ex empleada de Petland, quien compartió su experiencia trabajando en un entorno donde la venta de cachorros era una práctica común. Sus relatos sobre las condiciones en las que se mantenían los animales y la ética de trabajo han sido fundamentales para entender la urgencia de esta medida.
La medida propuesta en Lexington se alinea con una tendencia creciente a nivel nacional e internacional de proteger a los animales de compañía de la explotación comercial. Al prohibir la venta de perros y gatos en tiendas de mascotas, se espera que más personas opten por adoptar en lugar de comprar, reduciendo así la demanda que alimenta a los criaderos de cachorros.
Este cambio no solo beneficiará a los animales, sino que también promoverá una mayor responsabilidad entre quienes deseen acoger a una mascota en su hogar, asegurando que estos compromisos se tomen con la seriedad y el amor que merecen todos los seres vivos.
La decisión final del consejo municipal de Lexington está pendiente, pero el avance de esta ordenanza ya representa un victorioso paso adelante en la protección de los derechos de los animales. Con la implementación de esta medida, Lexington se posiciona como un ejemplo a seguir en la lucha contra la crueldad animal y el tráfico de mascotas, enviando un mensaje claro sobre la importancia de adoptar prácticas más éticas y compasivas hacia nuestros compañeros no humanos.
