¡Hola, amantes de los animales! Hoy les traigo una noticia que les calentará el corazón en esta temporada de frío. La Unidad de Bienestar Animal (UBA) del Municipio de Quito ha dado un ejemplo de solidaridad y compromiso con nuestros amigos de cuatro patas que tanto lo necesitan.
Un gesto de amor para los más necesitados
En un acto que refleja la empatía y la responsabilidad social, la UBA ha extendido su mano amiga a 18 Fundaciones, activistas y rescatistas de animales de compañía en situaciones vulnerables. La donación consistió en una tonelada de alimentos, un recurso vital que asegura el bienestar y la nutrición de perros y gatos que han tenido menos suerte en la vida.
La comunidad animalista se une
Este esfuerzo conjunto no solo demuestra el poder de la colaboración, sino también la importancia de la ayuda mutua entre organizaciones que comparten un mismo fin: el amor y cuidado hacia los animales.
El impacto de una tonelada de alimento
Imaginen por un momento lo que significa recibir una tonelada de alimento cuando cada día es un desafío para alimentar a decenas de hocicos hambrientos. Esta donación es más que comida, es esperanza y es un respiro para aquellos que dedican su vida al rescate y cuidado de los animales.
La UBA: un aliado constante de los animales
La Unidad de Bienestar Animal no es nueva en estas lides. Su labor constante ha sido un faro de luz en la protección y asistencia de la fauna urbana. Con programas de adopción, atención veterinaria y educación, la UBA se ha posicionado como un referente en el cuidado animal en Quito.
Testimonios de gratitud
Los beneficiarios de esta donación no han tardado en expresar su agradecimiento. Las palabras de alivio y los gestos de felicidad de los rescatistas son el mejor testimonio del impacto positivo que estas acciones tienen en la comunidad.
Un llamado a la acción
Este acto de generosidad también sirve como un llamado a la acción para todos nosotros. Cada granito de arena cuenta y, como sociedad, tenemos el poder de hacer la diferencia en la vida de muchos seres vivos que dependen de nuestra ayuda.
La UBA y las fundaciones involucradas nos recuerdan que la solidaridad no entiende de especies y que el bienestar animal es un reflejo de la humanidad y la civilidad de una ciudad.
Para finalizar, quiero recordarles que cada adopción, cada donación y cada acto de cuidado cuenta. Sigamos apoyando estas iniciativas y trabajando juntos por un Quito más amigable para todos sus habitantes, sin importar si tienen dos o cuatro patas.